sábado, 19 de abril de 2014

Domingo por Áncora

Locos domingos invaden mis pupilas
Atardeciendo demasiado tarde
Siempre que mis ojos la buscan.

Pupilo de la tragedia
Unido a las nubes como lluvia
Tirando sonidos marrones
Asintiendo a inverosímiles placeres
Siempre que mis ojos la buscan.

De vez en cuando brinco a los charcos
Espantado de no mojarme ni un poco.

Gozar de las raíces
Arraigadas al estómago
Burlándose de mi debilidad,
Rotunda debilidad,
Intrínseca cualidad,
Esencial,
Litoral si en llantos goza.

Niego ante los vientos lo divino,
Omnipotente siervo de la ignorancia.

Van y vienen las nubes
Atadas con cordones a mis muñecas
Levantándome ligeramente
Entorpecidas cuando mis ojos las buscan,
Negando lo que a simple vista brilla.

Voy y vengo, ahora sin nubes,
Estoy solo, estoy tranquilo,
Repitiendo en mi cabeza los códigos,
Grabando en mi piel las fórmulas,
Arraigándome a los domingos.

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